La etología clínica o medicina del comportamiento o etología veterinaria es una especialidad dentro de la medicina veterinaria que se enfoca en el estudio, la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de los problemas de comportamiento de distintas especies domésticas. Su objetivo principal es abordar las cuestiones relacionadas con el comportamiento de los animales desde una perspectiva médica y científica, buscando mejorar su bienestar y la relación entre los animales y las personas que cuidan de ellos.
Los etólogos clínicos son veterinarios especializados que tienen un profundo conocimiento de la conducta animal, la psicología y la biología del comportamiento. Trabajan para comprender las causas subyacentes de los problemas de comportamiento en animales, que pueden incluir problemas como ansiedad, agresión, miedos, fobias, compulsiones y otros comportamientos inapropiados o problemáticos.
A través de una evaluación exhaustiva, los etólogos clínicos identifican factores desencadenantes, ambientales, genéticos y médicos que pueden contribuir a estos problemas. Una vez que se ha realizado un diagnóstico, los etólogos clínicos desarrollan planes de tratamiento y modificación de comportamiento individualizados para abordar los problemas específicos de cada animal. Estos planes pueden incluir terapias de modificación de conducta, enriquecimiento ambiental, entrenamiento positivo, cambios en la rutina y el manejo, y en algunos casos, medicamentos bajo supervisión veterinaria.
La etología clínica es una disciplina altamente especializada y requiere una comprensión profunda de la biología, la psicología y la fisiología animal, así como habilidades en la comunicación y la educación de los animales y sus familias. La colaboración cercana entre el veterinario especializado en etología clínica y la familia es esencial para el éxito del tratamiento y la mejora del bienestar del animal. Un problema de comportamiento es un problema clínico del animal, como cualquier otro que pueda padecer.
Es el veterinario el único profesional que tiene atribución para diagnosticar y tratar a un animal. Un cambio en el comportamiento del animal es a menudo el primer signo de enfermedad. La medicina del comportamiento es por todo ello muy complicada y muy seria, con implicaciones a veces no solo en el bienestar de los animales, sino en la seguridad de las personas.
Los tratamientos de modificación de conducta empleados en estos problemas son muy lentos y requieren la implicación indispensable de los tutores para llevarse a cabo. Por ello es imprescindible que éstos sigan a rajatabla las indicaciones del veterinario especialista y que acudan a las revisiones programadas para analizar la evolución del problema. De otra manera no se puede garantizar su mejoría.
Todo este proceso está basado en la ciencia y el método científico, en el estudio y en la actualización continua y constante de su conocimiento. Y esto lo llevamos a cabo para cada caso de manera particular, nunca generalizando, ni utilizando métodos aversivos, ni herramientas dañinas, sino priorizando por encima de todo el bienestar del animal.
No existen métodos mágicos, ni soluciones rápidas, ni consejos, ni trucos, ni adiestramientos en régimen de internado, ni collares o chalecos milagrosos, ni hacer lo que me ha dicho el vecino o seguir consejos sacados de internet. La ciencia no juega en esa división. Está en tu mano decidir lo que quieres para tu compañero.
Aquí seguiremos estudiando e intentando mejorar diariamente para ti. Conectamos especies.