El intestino tiene la capacidad de modular el sistema nervioso central y a pesar de que no es el único factor en juego, es una gran base con la cual empezar a trabajar. Por esta razón, en consulta siempre iniciamos por acá.
El sistema nervioso y el intestino se comunican a través de diversas vías que involucran los sistemas endocrino, inmune y neurológico. Es por ello que para comprender la conexión entre nutrición y estrés es fundamental entender ciertos puntos.
El primer punto es la microbiota. Lo que le damos de comer a nuestros animales influye directamente en esta comunidad de microorganismos. La microbiota juega un papel crucial en la producción de mediadores bioquímicos como la serotonina, la noradrenalina, el GABA y los ácidos grasos de cadena corta, los cuales afectan el funcionamiento del sistema nervioso. Por eso, la salud intestinal es fundamental para la regulación del estrés.
El segundo punto son los nutrientes clave para el buen funcionamiento del sistema nervioso:
Ácidos grasos omega-3: Los ácidos grasos omega-3, presentes en el aceite de pescado, tienen propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras. Estos nutrientes ayudan a reducir la inflamación en el cerebro y a estabilizar el estado de ánimo, lo que puede disminuir la intensidad de la respuesta al estrés.
Vitaminas del Complejo B: Las vitaminas del complejo B, como la B1 (tiamina), B6 (piridoxina) y B12 (cobalamina), son esenciales para el funcionamiento óptimo del sistema nervioso. Cuando hay altos niveles de estrés estas vitaminas se necesitan en mayor cuantía, por lo tanto, es necesario saber que las estamos aportando en suficiente cantidad.
Aminoácidos: Aminoácidos como el triptófano son cruciales para la producción de neurotransmisores que regulan el estado de ánimo. El triptófano es un precursor de la serotonina, un neurotransmisor que tiene efectos calmantes. La microbiota intestinal ayudada por una buena alimentación también influye en los niveles de triptófano. Por lo tanto, es algo con lo que trabajamos en salud para poder ayudar a los peques con altos niveles de estrés.
Minerales esenciales: Minerales como el magnesio y el zinc desempeñan un papel importante en la regulación del sistema nervioso y en la respuesta al estrés. El magnesio ayuda a calmar el sistema nervioso, mientras que el zinc contribuye a la función cognitiva y emocional. Ahora esto siempre depende de la dosis y el tipo de suplementos que estemos otorgando.
A pesar de ser micronutrientes estos generan un efecto macro a nivel salud, y pueden debilitar el sistema inmunológico, generando un aumento de la inflamación y por lo tanto alterar la función cerebral.
Como tercer y último punto, la implementación de estas herramientas en la dieta de nuestros animales. Diseñar una dieta balanceada que incluya estos nutrientes claves es fundamental. Las dietas formuladas específicamente para manejar el estrés y la ansiedad deben incorporar estos elementos de manera adaptada a las necesidades individuales de cada animal. Sin embargo, es importante recordar que la nutrición es solo una parte del manejo del estrés. En nuestras consultas, abordamos el estrés de manera integral, considerando todas las herramientas disponibles para el bienestar de tus animales.